Caballero con levita negra, chaleco de raso negro con listas, camisa de pechera plisada y botonadura de oro, sotabarba y gran mostacho. Este retrato fue pintado por Corro durante los primeros años de su estancia en Madrid mientras estudiaba en la Academia de San Fernando y aún no se había decantado por la pintura de miniatura. En esa época Corro estaba más inclinado hacia el retrato al óleo, como
Este magnífico retrato es un buen ejemplo de las buenas maneras de Corro y de la calidad de la miniatura española del periodo isabelino. Formado en Granada, la llegada de Corro a Madrid hacia 1840 marcó su trayectoria como miniaturista, donde tuvo por competidor a Florentino Decraene. Las obras de Corro se caracterizan por el empleo de numerosos y menudos puntos de color en las carnaciones, con lo