Dos madres se presentaron ante el rey Salomón con sendos niños, uno de ellos muerto. Ambas se disputaban al vivo, declarándose su madre legítima. El rey ordenó que dividieran en dos al niño vivo y dieran la mitad a cada una. La auténtica, conmovida, renunció a él. Salomón mostro su sabiduría otorgándole el niño, al considerarla la verdadera madre (Reyes I, 3: 16-28). La pintura representa el momen