He conocido a Xavier de Salas, que representaba el Prado desde el punto de vista de la elegancia externa, de la clase social elevada. No porque fuera de clase social elevada, sino porque su persona y su físico era de un atractivo especial. Había viajada y vivido en muchos sitios, desde Viena hasta Inglaterra. Era catalán de origen. Tenía una mezcla especial, tenía un olfato, un ojo y un gusto exquisitos, y las adquisiciones que hizo —con los pocos medios que había entonces pero que él los consiguió como fuera— son adquisiciones excelentes. Eso es lo que marca definitivamente una actuación en el Museo del Prado.
Después de dejar la dirección del Prado por una serie de circunstancias extraordinarias, movimientos, terremotos…, yo era la subdirectora y él era presidente del patronato. Tenía un pequeño despachito en lo más alto del Museo, donde le habían puesto, no relegado. Yo subía muchas mañanas a verle y hablar con él un rato, aunque nunca antes había hablado con él; fue profesor mío pero era muy distante. Pero en ese año y medio que él vivió mientras yo era subdirectora, no es que nos hiciéramos amigos, pero sí supimos entendernos muy bien, recíprocamente. Yo quería que supiera cómo era yo, para que estuviera tranquilo, y creo que lo estaba. El último día que vino me despedí de él; había tenido una cosa médica y estaba muy cansado. Le acompañé hasta la puerta porque le vi cansado, pero no creí que se fuera a morir. Para mí la muerte no existía, ni existe. Le acompañé hasta su coche. Fue la última vez que nos vimos y me dijo: “No pierda, usted, nunca su sentido del humor”. Esa fue otra de las grandes enseñanzas que he tenido en mi vida. Aquí dentro nunca se debe perder el sentido del humor. Y seguí al pie de la letra su consejo.
Llega al Museo del Prado con una beca de la Fundación Juan March. En 1981 obtiene la plaza de Conservador de Dibujos y Estampas del Museo del Prado. Después es nombrada Subdirectora de Conservación e Investigación (cargo que desempeña entre 1981 a 1996) y vocal del Real Patronato (de 1991 a 1996). Hasta 2018 ha sido jefe de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya.
Entrevista realizada el 28 de junio de 2018