A los quince días o al mes de dimitir, los trabajadores del Museo me hicieron un homenaje. Yo había llevado muy bien mi dimisión, no me había producido ningún trauma, estaba muy convencido de lo que hacía, pero esto me quebró porque de repente encontrarte con todo el sector popular que te manda a un restaurante y te dice que eres estupendo cuando todo el mundo te ha puesto a caldo, pues es emocionante.
Director del Museo del Prado desde 1993 hasta 1994, fue miembro fundador y patrono del Consejo de la Fundación Amigos Museo del Prado. Asimismo fue catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, comisario de varias exposiciones y crítico de arte.
Entrevista realizada el 04 de octubre de 2018