Un año después de estar trabajando en el Museo del Prado, tuvo un derrame cerebral. Se quedó varios días solo y caído en su casa de Nueva York. Cuando fueron a su casa, porque no iba al taller de restauración, lo encontraron muy mal. Después vino en silla de ruedas, pero ya apenas hablaba. Además había pasado otra cosa importante: había muerto Javier Cerrillo, al que él apreciaba mucho. Nuestro encuentro fue muy emocionante, aunque no sabíamos cómo comunicarnos. Después quiso ver los últimos trabajos que yo había hecho, entre ellos la Batalla de Turcos [El rapto de Helena] de Tintoretto. Me dio muchas lecciones. Una de ellas fue que, teniendo en cuenta que los ingleses no muestran mucho sus sentimientos, cuando John Brealey llegó a la sala de Tiziano y vio los cuadros, se dio cuenta de que ya no iba a poder hacer nada y se le saltaron unas lagrimones tremendos. Íbamos un grupo de restauradores, los más afines a él, como Enrique o Clara, y le acompañamos para ver la Batalla de Turcos, que era la obra que yo estaba restaurando cuando él se fue. Y al verla, me cogió las manos y me las besó. Fue muy emocionante.
El problema que tenemos en España es que no valoramos nuestras cosas. A nosotros no nos tenían en consideración en la dirección del Museo del Prado ni tampoco a nivel nacional. Nos respetaban pero no nos tenían en consideración, solo éramos mano de obra. Salvo para Manuela Mena, que era la jefa del taller, y Pérez Sánchez, que se empeñaron en crear el taller de restauración y estructurarlo. Pero a la gente no le importaba tanto. Sin embargo, Brealey no tenía referencias nuestras y cuando vio a la gente trabajar, se quedó entusiasmado con el nivel de profesionalidad de los restauradores del Prado. Habló muy bien de nosotros a la dirección y al Patronato, empezó a valorarnos y a estimularnos para tener un reconocimiento público oficial del nivel de nuestro trabajo.
Trabaja en el taller de Restauración del Museo del Prado, especializándose en la obra de El Greco. También ejerce de profesor de restauración en la Escuela Oficial de Artes Aplicadas de Madrid, y en 2010 recibe el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
Entrevista realizada el 19 de abril de 2018