Estaba yo comiendo en Roma con la embajadora de España allí y me habla de que el príncipe Doria, ya muy mayor, va a hacer remodelaciones en el palacio. Ella tiene acceso y quizá podríamos traer el Retrato de Inocencio X que saldría por primera vez. Me dijo que creía que lo querían llevar a Inglaterra, pero que podíamos intentar pedirla para el Prado”. Pedí hablar con el señor y me fui al Palacio Doria. Efectivamente era un señor muy mayor, sentado en una capilla o algo parecido. Tenía dos hijos, un hijo y una hija, y negociamos traer el cuadro que, con muchísima generosidad, lo prestaron sin pedirnos nada. Jonathan, el hijo del príncipe Doria me dijo: “Mira, lo que queremos es que el Prado nos ayude a introducirnos en España porque nuestros antepasados tuvieron unas relaciones con España que nosotros ahora no conservamos a ese nivel”. Aquí hay cartas en las que se llaman “hermanos”, unos a otros. Y lo hicimos. No voy a dar nombres aquí pero sé que estuvieron veraneando juntos con personas muy significadas, y establecieron ese vínculo que querían con personas relevantes españolas.
Catedrático de Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid. Director del Museo del Prado y del Museo Arqueológico Nacional, Director General de Bellas Artes y Archivos y académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Entrevista realizada el 13 de junio de 2018