8 de mayo de 2019
El Bicentenario del Museo del Prado es buena ocasión para conocer las películas que nos cuentan su historia, poner en diálogo su patrimonio con otras artes e indagar en los territorios plurales del «cine de arte».
El audiovisual sobre arte permite nuevas miradas que nos descubren perspectivas inéditas y ensanchan nuestra experiencia estética; el videoarte y otras formas de imagen en movimiento amplían las prácticas de los artistas plásticos. Los cineastas son conscientes de la herencia de la arquitectura o de la pintura que enriquece el trabajo de dirección artística y de fotografía en sus películas. Profesionales del cine dedicados a buscar la luz precisa, colores y texturas adecuados para el vestuario y los decorados más expresivos se han formado en escuelas de Bellas Artes y el museo ha sido un espacio familiar en sus vidas y el humus que abona su conocimiento profesional.
Hay películas que ponen diálogos, música o reflexiones a las imágenes de las obras plásticas, otorgándoles un tiempo de recepción y proponiendo interpretaciones que enriquecen las obras y profundizan en su identidad. Ello tiene lugar tanto en documentales como en cine de ficción, donde las obras de arte mostradas llegan a configurar y exteriorizar las emociones y situaciones que viven los personajes.
Conferencia impartida por José Luis Sánchez Noriega, Universidad Complutense de Madrid.