La condesa de Chinchón me fascina y esa sí que tiene una radiografía como para ser contada.
Y fue una sorpresa. Yo creo que la más grande sorpresa como documento. Recuerdo que era viernes a última hora. El lunes siguiente el cuadro se presentaba, se iba a comprar. Me acuerdo que antes de irnos, le hicimos los documentos, ya a última hora.
Veíamos que en dos partes del cuadro se levantaba la pintura. La pintura tendía a levantarse por grosor. Entonces, hacemos una radiografía. Mientras la estábamos revelando empezamos a ver unas piernas y unas cabezas. Y acabó resultando que había tres personajes: tres goyas, uno encima de otro. Estaba el Duque de Alba, el marido de Cayetana, luego Godoy y el Duque de Haro. Tenía muy buena tela, era la misma tela del Dos y el Tres de mayo. Entonces parece que Goya lo ha dejado allí en el estudio, y ha pintado a Godoy, aprovechando una pierna de abajo y sólo pitando una más. Para mí es una cosa increíble pero cuando ves que las tres cabezas y las tres piernas de los señores, están en sentido contrario, tienes que darle la vuelta al cuadro. Fue tal el impacto que decidimos irnos a casa. En ese momento pensamos: el lunes Dios ya nos iluminará.
Era fantástico, como le dije a Rajoy, entonces ministro de Cultura y Educación: “Hemos comprado tres cuadros por el precio de uno”. Es una obra que puedes soñar y perderte ahí viéndola, con aquello de los tres retratos uno encima de otro. Hemos encontrado muchas veces un cuadro encima de otro, una Mariana de Austria encima de un Felipe IV. Haces la radiografía y salen los bigotes de Felipe IV. Tenemos miles de anécdotas divertidas, pero aquello fue impagable.
Jefe del Gabinete de Documentación Técnica del Museo, conservadora del Cuerpo Facultativo de Museos. Ha trabajado en la Escuela de Restauración de Madrid y en el Laboratorio del Instituto de Conservación y Restauración. Ha participado en numerosas investigaciones y publicaciones.
Entrevista realizada el 20 de abril de 2018