Hemos tenido mucha suerte; a lo mejor no ha sido solamente suerte, sino que lo hemos sabido hacer. Las personas que se han incorporado (Marta Arriero, Eva Cardedal, Joaquín Arteaga) son unas personas magníficas, trabajadoras e implicadas. Hemos acertado también al elegir al personal de mantenimiento que se ha incorporado. La selección, que se ha hecho dentro de los mismos equipos junto con nosotros (Marta, Eva, Joaquín o yo) ha dado un resultado magnífico.
Hubo un momento en el que desde la administración y Miguel Vidal se planteaban contratar externamente el mantenimiento, pero yo creo que les convencí para no hacerlo. Siempre optaban por las asistencias externas y decir: “Oye, ¿por qué no lo contratamos externamente?”. Yo respondía: “No sabéis lo que tenéis aquí; esta casa funciona y es como es porque tenemos a esta gente”. Y yo continuaba: “¿Cómo estaban las instalaciones del edificio de oficinas cuando lo cogimos? Hechas una pena. La única forma de asegurar que esto funcione no es cambiar cada año o cada dos de empresa, no podemos. Tenemos que seguir con el personal, y tenemos que mantener este criterio que no existe en ningún otro museo”. Yo creo que lo que tenemos aquí (personal propio) no existe en ningún museo; todo son empresas externas. Nosotros tenemos un personal que lo estamos manteniendo. Ciertamente el Museo ha crecido... Pues, hay el mismo número de personas que cuando yo llegué, ni una más. Entonces al final se convencieron. Hemos podido seguir con esto y yo creo que durante muchos años. Y la renovación está dando resultados.
Arquitecto, trabaja en el Museo del Prado como jefe del Área de Obras y Mantenimiento desde 1994 hasta 2009, participando en grandes proyectos como las obras de remodelación de las cubiertas, la ampliación de Jerónimos o la reforma y ampliación del Casón del Buen Retiro.
Entrevista realizada el 09 de mayo de 2018