La especificidad de esta fundación no es solo una, yo creo que son varias. Una es cómo se creó. Yo no estaba pero nació en los años 80 y se creó de la propia sociedad, es decir, no salió de un Ministerio ni del Museo. Salió de un grupo de personas en la sociedad española de aquel momento; una sociedad que estaba en plena efervescencia, pues había muerto Franco en 1975, la Ley de Asociación debía ser prácticamente de hace unos días, e inmediatamente querían asociarse, querían hacer cosas. Entonces una serie de gente, que era gente de empresa, de museos, de universidades, se unió, aportó el primer capital y con ese capital se empezó a funcionar. Es una primera seña de identidad que me marcó mucho, porque tenía un espíritu voluntario, de querer ayudar. El segundo punto que lo hace especial, es la idea de que siempre hemos tenido claro el objetivo, que es la ayuda al Prado. Siempre hemos querido hacer una base social importante. Es decir, los Amigos del Museo del Prado en este momento son 36.000, pero venimos de ser 2.500. Esto ha sido una evolución. No es que de repente haya habido una fiebre de hacerse amigo del Museo del Prado sino que es una evolución de muchos años. Es una pirámide que tiene una base muy sólida, porque son muchas donaciones muy pequeñas, pero también nos ha interesado ir haciendo grupos distintos de amigos con unas donaciones mayores, con un programa de beneficios y de agradecimiento, y de oportunidades apetecible. Y eso lleva a una cúspide con el Patronato internacional, que son personas de todo el mundo, haciendo grandes donaciones. Creo que también es específico de esta fundación el haber conseguido una base social muy grande pero también otras formas de ayuda más arriesgadas, en el sentido de que las donaciones son más grandes y de más interés, y de personas que están más convencidas de poder ayudar. La tercera especificidad es que no hemos querido solamente captar amigos, y con esas donaciones llevarlas al Museo para ayudarle económicamente sino que también hemos querido ser un apoyo, en el sentido de conocimiento de colecciones. Que el Museo del Prado se conozca en Madrid, en toda España y en todo el mundo. De ahí el gran desarrollo de toda la actividad cultural que han sido cursos, conferencias, publicaciones, que realmente han ido creando una masa de gente interesada. Que la gente se haga amigo, se fidelice, vuelva, compre en la tienda, venga a las exposiciones y se conviertan en embajadores del Museo fuera del Museo.
Miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado, de la que fue nombrada secretaria general en 1993, ejerciendo de nexo de unión entre el Patronato y el Museo.
Entrevista realizada el 09 de mayo de 2018