En el año 1995, un banco me encargó una exposición de Goya en las colecciones españolas, nada de las colecciones del Prado. Vinieron prestados muchos cuadros de colecciones privadas aprovechando la buena relación que tenía con varios amigos. El banco había firmado un convenio de restauración en la catedral de Toledo y entonces al cardenal arzobispo le pedimos El prendimiento de Cristo, y tuvo que prestarlo, claro. Pero también vinieron cuadros poco vistos porque venían de colecciones privadas, que estaban colgados en casas o en alguna dependencia de la Iglesia. Cuando se hizo la rueda de prensa dije en un comentario: “Bueno, esta exposición anticipa las exposiciones que por lógica se tendrán que hacer el año que viene cuando se conmemore el 250 aniversario del nacimiento de Goya”. Pero nadie había reparado en esa fecha y entonces en el Ministerio de Cultura dijeron: “¡Pero qué es esto, no tenemos nada pensado! Hay que hacer algo como lo de Velázquez. Tiene que ser. ¿Quién puede hacerlo?”.
Colaborador en el Museo del Prado desde 1969, gana la oposición a Conservador en 1980. En 1986 es nombrado Jefe del Departamento de Pintura Francesa, Inglesa y Alemana, y desde 2003 del de Pintura del Siglo XVIII.
Entrevista realizada el 11 de junio de 2018