Cuando venían visitas para ver el Museo solían hacerlo los lunes que es cuando estaba cerrado al público. Entonces alguien tenía que acompañarle y casi siempre era yo la persona que los acompañaba donde quisieran.
Por ejemplo el maestro Joaquín Rodrigo venía con su señora. Como estaba ciego, venía siempre acompañado por ella y yo les preguntaba “¿a dónde quieren ir hoy?”. “A Murillo”, y a Murillo les llevaba. Al estar vacío el Museo era obligatorio acompañarles. Yo veía entonces cómo ella le explicaba los colores que tenía. El había tenido visión hasta los cuatro o cinco añitos, y recordaba cómo eran los colores. Ella también le explicaba la posición que tenían las figuras en el cuadro. Cosas que ibas tú también aprendiendo. Lo mismo le daba que fuera Goya, que Murillo, que Velázquez. Gozaba de ver toda la pintura, toda en general.
Accede al Museo por oposición en 1977, siendo una de las primeras mujeres del Cuerpo Especial de Subalternos, pasando después a ejercer como ordenanza de dirección.
Entrevista realizada el 18 de diciembre de 2017