Lo que hice nada más llegar al Museo, que ya había hecho en otras ocasiones y en otros puestos de gestión, fue recorrerme el Museo con una libreta. Cuando digo "recorrerme el Museo", me refiero a que quiero saber qué hay en esa portilla de ese tambucho al que se accede "a gatas". Todo lo que había debajo de la alfombra, todo lo que pudiese revisar. Me acompañaron algunas personas y de esa libreta salió el primer informe que yo tenía urgencia de hacer.
He estado en los sótanos de todos los museos americanos, he visto en los museos los almacenes externos. Vine aquí con esa idea y luego se ha ido imponiendo un poco la tendencia de que debía de haber un almacén fuera de la ciudad, con todo lo que tiene que tener un museo pero no ocupando los metros cuadrados aquí, en el centro de Madrid. Eso lo tienen en Washington y estuve viendo cómo funcionaba. Todo ese conocimiento que yo traje, lo puse en práctica en ese paseo, libreta en mano, con el cual se elaboraron dos documentos que creo fueron esenciales.
Catedrático de Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid. Director del Museo del Prado y del Museo Arqueológico Nacional, Director General de Bellas Artes y Archivos y académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Entrevista realizada el 13 de junio de 2018