Soy Fernando Checa y fui director del Museo del Prado entre el año 1996 y 2002. Me eligieron por mi perfil de historiador del arte, investigador y profesor de historia del arte en la Universidad Complutense de Madrid. Además siempre había tenido interés por temas relacionados con el Museo del Prado. No puedo decir que no lo dudé un instante, porque sí lo dudé, aunque en realidad no mucho. Precisamente por mi perfil científico siempre me gustó la idea, a la vez que me asustaba. Dirigir el Museo del Prado, que es una institución de carácter mundial, realmente es algo que impone. Además las circunstancias a finales de los noventa, como la no resolución de algunos problemas básicos o los enfrentamientos puramente políticos, sobre todo de los dos grandes partidos del momento respecto a temas culturales y el Museo del Prado, habían hecho imposible un planteamiento sereno del asunto. El perfil de mis antecesores era muy parecido al mío: profesores de universidad, investigadores interesados en la historia del arte, personas siempre ligadas de una manera u otra a algún tema del Museo del Prado. Un museo es todo eso pero hay muchas más cosas. Incluso científicos puros como Francisco Javier Sánchez Cantón o Alfonso Pérez Sánchez se dieron cuenta, al contactar con el Museo del Prado, que si uno quiere hacer un discurso científico, artístico y estético en el Museo, realmente tiene que hacer otras cosas.
Director del Museo del Prado de 1996 a 2001, historiador del arte y museógrafo, especializado en la pintura barroca y especialmente en el coleccionismo y mecenazgo regio en la España de los siglos XVI y XVII.
Entrevista realizada el 30 de mayo de 2018