Fue extraordinaria la labor que hizo Miguel Zugaza. Siempre hace falta tener esa cosa de la diosa Fortuna, que es el sentido de la oportunidad. Puede una persona ideal caer en un momento pésimo y entonces se frustra. Puede haber un momento ideal y una persona pésima y lo mismo. Pero cuando coincide una persona ideal con un momento óptimo, que es lo que ocurrió, entonces se pudo hacer una transformación hacia el museo que es actualmente. De ser un museo en la retaguardia, no solo desde el punto de vista tecnológico sino desde todos los puntos de vista —en número conservadores, en su cualificación,… en fin, sería una lista de reivindicaciones interminables dado que no funcionaba nada bien—, ahora es ejemplar. De ser como el patito feo, el monstruo de los grandes museos, se ha convertido en uno de los primeros.
Director del Museo del Prado desde 1993 hasta 1994, fue miembro fundador y patrono del Consejo de la Fundación Amigos Museo del Prado. Asimismo fue catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, comisario de varias exposiciones y crítico de arte.
Entrevista realizada el 04 de octubre de 2018