Monte Pío era una sociedad que teníamos aquí nosotros para beneficiarnos de eso que te estoy diciendo; para pedir préstamos y tal. Aportábamos todos una cantidad. No sé cuánto, 5 pesetas al mes o algo así. Y eso suponía una cantidad acumulada que se tenía para ayudarnos a nosotros mismos. El que necesitaba iba y pedía “pues mira a ver si puedo sacar un préstamos de…. 30.000 pesetas”. Y si había dinero, se le daba. Yo por ejemplo, sí pude recoger mi préstamo. Otros creo que también lo pidieron y se lo dieron. Luego ya Monte Pío se fue haciendo un poquitín más fuerte y ya podíamos sacar hasta 50.000 a devolver después en un año o así. Pero eso fue a declive porque a un tesorero que teníamos, le gustaban mucho las maquinitas. En resumen, nunca fue algo más lucrativo que nos sirviera luego para la jubilación.
Entra a trabajar en el Museo como ascensorista, pasando después a vigilante y finalmente, desde 1997, trabaja como carpintero del Museo, que es su verdadera profesión.
Entrevista realizada el 19 de diciembre de 2017