Vamos a anticiparnos un poquito antes del primer día. Yo estaba trabajando en el Consejo Superior de Deportes y acabábamos de terminar una remodelación de todas las instalaciones para convertirlas de gasóleo a gas, y un antiguo compañero del Consejo Superior de Deportes que se había venido aquí, Alfonso Luengo, contactó conmigo porque había problemas. Era un momento en que había goteras en los edificios y al jefe del Gabinete de obras y mantenimiento había sido cesado. Y entonces me ofreció venir al Prado a cubrir esa plaza, ese puesto. La verdad es que tenía muchas dudas porque yo estaba muy a gusto donde estaba trabajando. Lo que pasa es que, claro, para un arquitecto nombrar el Museo del Prado y venir aquí era una tentación muy importante. Al final, después de darle muchas vueltas, acepté venir.
Cuando llegué lo primero que hice fue ir a ver al personal, lógicamente. Y a partir de ahí me dirigí a mi despacho, “oficial despacho”, que estaba sobre la puerta Velázquez. Allí me recibió el jefe de obras y mantenimiento en ese momento y que estaba en funciones a la espera de que cubriese el puesto. Era Juan José Román; un hombre que, sorprendentemente a pesar de que yo venía a sustituirlo, me acogió y me recibió con una dignidad y con una maravilla... O sea, se portó estupendamente. Estuvimos colaborando muchos años porque él siguió aquí pero ya bajo mi dependencia: él como jefe de Servicio y yo como jefe de Gabinete. Y la verdad es que tengo que agradecerle a Juan José Román su forma de ser, su forma de comportarse, su ayuda, su apoyo.
Las primeras cuestiones que hicimos fueron reunirme con él e intercambiar situaciones y presentarme a la gente que estaba trabajando para mantenimiento: la gente de climatización, de electricidad, de oficios varios… Evidentemente también vi al gerente, Juan Cámara en aquel momento, y vi al adjunto al gerente, Luis Buñuel. A Luis Buñuel también tengo que agradecerle porque lo que me dijo se cumplió. Él me dijo cómo se iba a funcionar, cómo íbamos a trabajar, cómo iba a tomar posesión de mi puesto y la verdad es que todo lo que me dijo lo llevó a práctica, lo llevó a cabo. O sea, gente muy seria.
Arquitecto, trabaja en el Museo del Prado como jefe del Área de Obras y Mantenimiento desde 1994 hasta 2009, participando en grandes proyectos como las obras de remodelación de las cubiertas, la ampliación de Jerónimos o la reforma y ampliación del Casón del Buen Retiro.
Entrevista realizada el 09 de mayo de 2018