(Florencia, 1486-1530). Pintor italiano. Hijo de un sastre -de ahí su sobrenombre (sarto)-, según Giorgio Vasari se inició en el taller de un orfebre, pero pronto su habilidad en el dibujo lo llevó a dedicarse a la pintura. Su educación artística tuvo lugar junto a Piero di Cosimo y en 1508 ya se estableció como artista independiente. Tras unos primeros tiempos de colaboración con Franciabigio, pronto comenzó a afrontar en solitario numerosos encargos, sobre todo procedentes de órdenes religiosas. El afianzamiento de su prestigio le valió la invitación de Francisco I en 1518 para trasladarse a París, regresando a Florencia al año siguiente. Allí, durante el segundo decenio del siglo xv, sus obras influyeron decisivamente en los jóvenes artistas más experimentales como Rosso o Pontormo, pero los logros de éstos acabarían por tener eco en los trabajos del maestro a partir de los años veinte. Además, Sarto siempre tuvo en cuenta y aplicó la lección de los grandes maestros del renacimiento. El tratamiento de la luz y el color de Leonardo da Vinci, la perfección formal de Rafael y el volumen escultórico y la inventiva de Miguel Ángel. A todo ello sumó una poética de refinada sensibilidad, que influyó permanentemente en el arte toscano durante décadas. De las pinturas que el Museo del Prado posee relacionadas con Andrea del Sarto, tres no ofrecen dudas sobre la autoría directa del maestro, Lucrecia di Baccio del Fede, mujer del pintor, La Virgen y el Niño entre san Mateo y un ángel y El sacrificio de Isaac. El retrato femenino se ha supuesto tradicionalmente, aunque sin ninguna certeza, como representación de la segunda esposa del pintor, Lucrecia del Fede. La primera referencia segura a la obra se encuentra en el inventario del Palacio Real de Madrid de 1794. Por contra, la procedencia de La Virgen y el Niño entre san Mateo y un ángel está muy documentada. Pintada para el banquero florentino Lorenzo di Bernardo Jacopi, en 1605 pasó a la colección del duque de Mantua, siendo adquirida posteriormente por Carlos I de Inglaterra. En la almoneda del rey inglés fue comprada por Alonso de Cárdenas para el valido Luis de Haro, quien la regaló al monarca español Felipe IV. Sirvió para decorar la sacristía del monasterio de El Escorial según los planes de Velázquez, y desde allí llegó al Prado en 1819. El sacrificio de Isaac, por su parte, se identifica con la versión realizada para Paolo de Terrarosa, tras haber admirado éste la primera creación del tema que tenía como destino la colección del monarca francés Francisco I y que actualmente se encuentra en Dresde. Posteriormente, ya Vasari comenta su traslado a Nápoles, reapareciendo en la Casita del Príncipe de El Escorial entre las obras que Carlos IV había adquirido en Italia.