Tuve relación con los dos presidentes anteriores del Patronato, Eduardo Serra y Rodrigo Uría —que tuvo un papel crucial durante los años en los que se discutía sobre el proyecto de ampliación del Museo del Prado—. No recuerdo que fuese en tiempos de Uría cuando me incorporé al Patronato; debió ser después. Pude ver desde el Patronato la gestión que se hace del Museo. Entendí que mucha gente otorga a su vida pública casi tanta importancia como a su vida privada, y que el Prado es una de las ocupaciones a las que prestan mayor interés. Eso hace que las reuniones del Patronato sean gratas; a veces me ha tocado decir que incluso balsámicas en medio de lo agitadas que son siempre las reuniones en las instituciones españolas. Pero una institución como el Museo del Prado da a todos cierta sensación de obligado respeto, que va más allá de los intereses personales.
Patrono de la Fundación Amigos Museo del Prado desde 1994, se encarga de realizar la ampliación del Museo Nacional del Prado desde 2000 hasta 2007.
Entrevista realizada el 30 de octubre de 2017