Por un lado es muy bueno porque te lo pasas bien, pero por otro lado es difícil porque tú tienes una concepción de la obra, sabes lo que quieres hacer y cuando trabajas con otra persona, aunque sea tu hermana, la forma de ver la obra es diferente. Entonces tienes que llegar a un acuerdo para que la restauración salga adelante sin peleas de criterios. Ponerte de acuerdo es más difícil, pero la verdad que es muy agradable. He tenido una vida profesional en la que me lo he pasado estupendamente.
Se incorpora al Museo del Prado en un momento de reorganización del taller de Restauración, llegando a ser jefa del mismo de 2003 a 2007.
Entrevista realizada el 12 de diciembre de 2017