Francisco Calvo Serraller, dentro del patronato de la Fundación, ha sido el que ha llevado la actividad cultural de difusión de las colecciones. Tiene clara una idea de que el arte no progresa, sino que va evolucionando, los pintores siempre se están mirando unos a otros y el mejor ejemplo es el Museo del Prado, donde tenemos a Rubens pintando a Tiziano, a Goya mirando a Velázquez. Todos estos ejemplos que ofrece la colección. A él se le ocurrió la idea de invitar a un curso que teníamos entonces, en lugar de historiadores del arte, a artistas, y ver qué pasaba, qué nos contaban sobre el Museo. La experiencia fue tan buena, tan interesante, que nos llevó después a transcribir todas esas conferencias en un libro. El libro se agotó. El director era Pérez Sánchez y se le ocurrió proponer a los artistas que se expresaran en su medio habitual, que es la obra de arte. Nos pareció una idea magnífica, y pedimos a cada uno que ejecutara cuatro obras en papel, sin ponerles límites de dónde trabajar, cómo trabajar, del tipo de técnica. Sí que debía tener el mismo formato, porque era una colección, y se tenían que inspirar en el Museo del Prado. Se expuso en el Museo. Fue un escándalo porque, en aquel momento, no era muy habitual ver a artistas contemporáneos en museos históricos pero tuvo un gran éxito. Tanto, que al cabo de unos años repetimos la experiencia. Esta vez no con artistas varones, que habían sido todos en la primera lista, sino esta vez todas las artistas eran mujeres. La primera no había sido una decisión premediatada, fue como salió, porque el panorama artístico en su momento era ése. Pero había cambiado tanto que ya no era así. Y esta vez queríamos que todas fueran mujeres.
Se editó igualmente, también se expuso en el Museo y también resultó un éxito.
La última se va a exponer ahora, este año 2018 en septiembre, y va a ser una colección de fotógrafos. En la colección anterior, en la de las mujeres, ya habíamos invitado a dos fotógrafas, Ouka Leele y Cristina García Rodero, que hicieron dos trabajos magníficos y muy distintos. Ouka Leele hizo una especie de performance en el Museo, a la vez que la iba fotografiando. Sin embargo Cristina García Rodero, que tiene el premio Magnum y que es casi una reportera -fotógrafa, estuvo por todas partes, se metió por todos lados e hizo fotografías realmente interesantes. En esta ocasión no son ni hombres ni mujeres, es una mezcla. Casi todos son premios nacionales de fotografía, e intentamos que haya de diferentes generaciones.
Miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado, de la que fue nombrada secretaria general en 1993, ejerciendo de nexo de unión entre el Patronato y el Museo.
Entrevista realizada el 09 de mayo de 2018