La gente se sentía, por el interés mostrado por los extranjeros, muy orgullosa del Museo del Prado, en principio. Pero la realidad es que casi hasta el fin del siglo XX era un museo completamente desatendido en todos los aspectos. Los españoles acudían al Museo en un número exiguo, luego la actitud de los gobiernos y del Estado desgraciadamente no cambió desde el siglo XIX hasta finales de los años 90. No cambió porque era un sitio heráldico, que de repente el Ministerio de Asuntos Exteriores o cualquier otro ministerio exigía que todo se pusiera para una visita oficial dado que parecía inexcusable visitar España y Madrid y no visitar el Museo del Prado, pero no daban la menor ayuda.
La incuria, la falta de atención, la falta de responsabilidad. Es paradójico que estés en una institución que aparentemente todo el mundo respeta y que después nadie materialmente la respeta. Esa mezcla torturante entre importancia y desprecio a la vez.
Cuando estuve en la dirección, coincidió que era el 175 aniversario del Museo. Vi ahí un arma para poder, sin prácticamente medios, llamar la atención sobre el Museo. No conseguí el menor apoyo y no solo por parte del ministerio. Propuse que hubiera una emisión de sellos por si pudiera dar algún tipo de ingreso extra. Lo rechazaron. Era un rechazo continuo de cualquier cosa materialmente a favor del Museo. Eso era descorazonador. Y así, íbamos con un retraso extraordinario en comparación con otros museos y desde luego para la importancia que hoy tiene el Prado.
Yo creo que eso cambió, desde luego no en mi época, sino a partir del primer gobierno de Aznar —sin ningún tipo de conexión ni de identificación ideológica ni personal—, pero fue el primer presidente que realmente se interesó por el Museo, es decir, que a los entonces director [del Museo] Fernando Checa y presidente [del Patronato] José Antonio Fernández Ordoñez, les daba todo lo que pedían. Y creó un modelo que después se ha mantenido en el cual el Prado no es solo un instrumento de uso político o diplomático, sino que es mucho más.
Director del Museo del Prado desde 1993 hasta 1994, fue miembro fundador y patrono del Consejo de la Fundación Amigos Museo del Prado. Asimismo fue catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, comisario de varias exposiciones y crítico de arte.
Entrevista realizada el 04 de octubre de 2018