Afortunada o desgraciadamente mi implicación en el comité de empresa se produjo en los peores momentos para el personal del Museo del Prado. Fue cuando se produjo la única huelga que ha habido en el Museo del Prado, con la que pudimos conseguir un convenio un poco más asequible. Se mejoró bastante las condiciones de los trabajadores, y de ese convenio estamos viviendo hoy.
La huelga fue por las subidas salariales. Nosotros teníamos salarios que eran la mitad de lo que había en la calle y el personal estaba harto de tener un pluriempleo. Además la administración acabó prohibiendo el pluriempleo, por lo que tenías que buscarte la vida como fuera y de ahí que se acabara formando la huelga. Y al principio, antes de hacer la huelga, estuvimos encerrados en el Museo del Prado el comité de empresa para evitar que los trabajadores fueran a la huelga. Nuestra reclamación era contra la Administración y contra el Estado, pero no contra el edificio. En todo momento tuvimos en cuenta que todo lo que se hiciera, tuviera lugar fuera del edificio. A excepción de los encierros que he dicho, que se hicieron en la cafetería del Museo y en el Pabellón, por lo que ni siquiera estábamos dentro del recinto del Museo del Prado. A todos nos sucedía que cuando hablabas de que trabajabas en una institución como el Prado, pensaban que tenías el mejor trabajo del mundo, pero también era el peor pagado.
Por lo tanto esa era nuestra reivindicación, que el salario fuera acorde con el puesto donde estuvieras trabajando para tener un salario digno, ya que no lo era porque en cualquier otro sitio tenías un salario muy superior al que podías cobrar aquí. Y esa era nuestra reivindicación: tener un personal bien pagado para que, al estar bien pagado, conformaran una plantilla que mirara mejor por las obras y por el edificio, sobre todo teniendo en cuenta el lugar donde trabajaba ese personal. Y nuestras peleas han sido muy largas. Acometimos el primer juicio contra la Administración, Oficinas y Despachos, con Antonio Muñoz como uno de los artífices de aquella pelea, y ganamos a la Administración en aquel primer juicio. Lo conseguimos porque llevábamos razón en lo que estábamos pidiendo.
Comienza trabajando en el Museo como ascensorista, y desde 1988 ejerce de electricista.
Entrevista realizada el 28 de noviembre de 2017