Político y cortesano español, Ramiro Núñez de Guzmán fue miembro del círculo del valido Olivares, con cuya hija contrajo matrimonio y junto a quien alcanzó importantes cargos políticos, entre ellos el virreinato de Nápoles desde 1638 hasta 1643. Desde allí importó numerosas obras de arte para Felipe IV, como el Martirio de san Felipe, de Ribera (Prado), pero también fue formando una pequeña colección de pinturas de apenas sesenta y seis piezas pero de elevada categoría. Fue uno de los más importantes mecenas de Ribera ampliamente representado en su inventario, con obras cuyo valor económico presume gran calidad, pero de difícil o controvertida identificación actual. Elemento destacable de su colección es la fuerte presencia de pintura de carácter profano, al modo de fábulas o mitologías de gran carga erótica, probablemente realizada por pintores italianos. La pintura flamenca también está representada con obras del Bosco o de Martin de Vos. Destaca la falta de interés por la pintura española, contemporánea o anterior. Medina de las Torres poseía a su muerte una copia por Giovan Francesco Penni de La Transfiguración del Señor, de Rafael (Prado), mientras que otras muchas obras ya habían abandonado su colección y fueron regaladas a Felipe IV, permaneciendo actualmente en el Museo del Prado. Entre ellas la serie de «Los sentidos», de Jan Brueghel y Pedro Pablo Rubens, y varias obras de los Bassano: Lázaro y el rico Epulón, de Leandro, y La vuelta del hijo pródigo, de Francesco y Jacopo.