La presente exposición constituye una oportunidad única para contemplar una faceta poco conocida de la historia del arte: la talla del cuarzo hialino o cristal de roca, arte en el que destacó la ciudad de Milán en la segunda mitad del siglo XVI. Por su valor artístico y material, estas obras se destinaron a colecciones que solo los soberanos y miembros de la alta nobleza europea se podían permitir.