Hacia 1650, pastiche que combina esculturas romanas y barrocas; a) fragmento de monumento funerario con águila y armas, h. 20 d. C.; b) pedestal para Alberico Cybo Malaspina (h. 1620-1623); c) busto del emperador Claudio de Orfeo Boselli, actualmente perdido, copiado (h. 1830) por Valeriano Salvatierra [E643]. Mármol, 184 x 124 x 124 cm [E225].
Por el añadido barroco del busto de Claudio encima del águila, la escultura recibió en el siglo XVII el nombre equivocado de Apoteosis de Claudio. La obra romana a), estilísticamente de época augustea, recuerda victorias militares del reinado de Augusto (27 a. C.-14 d. C.). Las armas amontonadas en forma de trofeo se refieren por su forma y decoración a la batalla naval de Actium (31 a. C.) y otras victorias sobre pueblos del norte y del oriente, mientras que el águila, que lleva el rayo de Júpiter en sus garras, concede la victoria a los romanos. La escultura fue hallada con muchas obras más en la villa de campo de Marcus Valerius Messalla Corvinus (64 a. C.-13 d. C.), conocido general y compañero de armas de Augusto. Durante la restauración se descubrió que la escultura en su origen había servido como monumento funerario de este personaje, y que, de modo similar a las sepulturas imperiales del mausoleo de Augusto en Roma, adornaba la parte superior de un pedestal de mármol rectangular; en este pedestal, actualmente perdido, estuvo empotrada una urna de cenizas hecha de otro material precioso. El pedestal b), utilizado por Orfeo Boselli y cuyo autor se desconoce, tiene forma de altar funerario y en sus cuatro lados se presentan ciudades amuralladas, situadas en amplios paisajes. Por el animal heráldico, la cigüeña, situado con su inscripción griega delante de los cuatro paisajes, sabemos que la escultura fue realizada para Alberico Cybo Malaspina, príncipe de las ciudades italianas representadas, alrededor de 1620-1623. El significado del monumento es altamente simbólico. La cigüeña, símbolo del amor filial, mira hacia el sol, como también lo hacen las cuatro águilas con sus crías, situadas en las esquinas del pedestal, lo que fue interpretado entonces como símbolo de la devoción de Alberico Cybo hacia Felipe II y del cardenal Colonna hacia Felipe IV. Todo el monumento fue considerado, además, como un símbolo de la resurrección del rey: el águila, animal heráldico de la Casa de Habsburgo, emprende el vuelo desde las armas amontonadas hacia los dioses, llevando encima el busto del emperador romano, antecedente de la Casa de Habsburgo, heredera del Sacro Imperio Romano Germánico. El aspecto del primer busto c) queda reflejado en los grabados de G. B. Galestruzzi, P. S. Bartoli y B. de Montfauçon. Fue obra de O. Boselli, que combinó una cabeza romana de Claudio con un busto y una corona solar de su mano, colocando el conjunto sobre el águila. La copia de Valeriano Salvatierra modifica los rasgos faciales y el peinado del retratado.