(Williamsburg, Indiana, 1849-Nueva York, 1916). Pintor estadounidense. Hijo de un próspero comerciante de zapatos, estudió en Nueva York (1869) y en 1872 viajó a Europa. En Múnich asistió a las clases de Karl Theodor von Piloty, especialista en pintura de historia, y del realista Wilhelm Leibl, admirador de Gustave Courbet; de éste aprendió a pintar con una paleta oscura, directamente y con pocos retoques. Allí entró en contacto por primera vez con la pintura española del siglo XVII y con Frans Hals. En 1878 volvió a Nueva York, convertido en un dandy y vestido de manera extravagante para las costumbres neoyorkinas. Admirador de James Abbott McNeill Whistler, hizo de él un modelo de vida y de arte. Abrió un estudio impresionante, inspirado en el de Mariano Fortuny, uno de los grandes triunfadores entre los coleccionistas americanos. Además de los objetos raros y valiosos, habituales en estos estudios (telas antiguas, tapices orientales, armas, muebles, etc.), tenía un servidor negro al que vestía de príncipe nubio y unos enormes dálmatas. Allí recibía a sus clientes que lo convirtieron pronto en el retratista de moda. Su fascinación por Mariano Fortuny hizo que le llamaran «el Fortuny del estudio de la calle diez». A través del catalán, William Merritt Chase se sintió atraído por España y por los artistas españoles. Bajo esa fascinación y en busca de Diego Velázquez, viajó a España por primera vez en 1881, y copió en el Museo del Prado Las meninas y Las hilanderas; volvió al año siguiente, con su amigo Robert Frederick Blum, también conocido como «Blumtuny». Más adelante transmitió este interés a sus alumnos; con ellos volvió tres veces más a España. Whistler era para él «un Velázquez moderno» y lo retrata (1855, Metropolitan Museum of Art, Nueva York) contra un fondo neutro, que recuerda los fondos de los bufones del sevillano, vestido de negro y en una postura tan elegante y displicente como si se tratara de un monarca del siglo XVII. En su estudio tuvo siempre una copia de Diego Velázquez (una cabeza de Felipe IV), puso de nombre a una de sus hijas Helen Chase Velázquez y la retrató (con la máquina de fotos y al óleo) vestida como una infanta, An Infanta. Souvenir of Velazquez. My Little Daughter Helen Posing as an Infanta (1899, colección particular). Dedicó a Diego Velázquez un artículo en The Quartier Latin (julio de 1896), aunque más adelante fue sensible al Greco, igual que Mary Cassatt. Amigo de Joaquín Sorolla y con fama internacional, como él, llevó la pintura impresionista francesa a Estados Unidos (1883) y empezó a trabajar bajo esa influencia a finales de siglo. En Nueva York dio clases desde 1878 y con él estudiaron Georgia O'Keeffe y Edward Hopper.