Adoración de los pastores
Hacia 1539. Óleo sobre tabla, 110 x 87 cm. No expuestoLa presente Adoración de los pastores se identifica con la parte principal de un retablo realizado para el velluter (sedero) valenciano Jacobo Perpinya, rematado con una representación de la Encarnación y que, según el contrato, firmado el 28 de julio de 1539, debía ser en todo igual a otro que había pintado para el también velluter Franci Sanchiz (un retaule consemblant a un altre que he fet per a Franci Sanchiz velluter), cuya pieza central sería la nativitat de Nostre Senyor Deu Jeshus Christ (Gómez-Ferrer y Samper Embiz 1995, pp. 52-54). Esta petición de obras similares a otras ya realizadas era una práctica habitual en el medio artístico valenciano.
La Adoración de los pastores combina elementos paternos (Virgen, Niño, san Juanito y ángeles), con otros derivados del leonardismo de Yáñez y Llanos, principalmente las fisonomías masculinas, y destaca por su interesante tratamiento lumínico, combinando la luz lunar del exterior con la del interior, procedente tanto de la vela que sostiene san José como del resplandor celestial. Dos peculiaridades iconográficas delatan la procedencia valenciana de la pintura. De un lado, la aparición de Dios Padre y la paloma del Espíritu Santo, que dota de una poco común dimensión trinitaria al episodio evangélico; del otro, la comparecencia de san Juanito y varios ángeles músicos acompañando al Niño Jesús. Ambos elementos, aunque inusuales, contaban con precedentes en la obra del joven Juanes (Texto extractado de Falomir, M. en: Donación de Plácido Arango Arias al Museo del Prado, Museo Nacional del Prado, 2016, p. 20).