Amor y Psiquis
1795 - 1800. , 74 x 45,5 cm. Sala 075La estancia en Roma durante once años del escultor sueco le permitió comprender y asumir lo que significaba el ideal en los modelos de la antigüedad: "On my arrival in Rome I found that no other teacher ought to be followed but the Antiques and Nature. By that time, I had got far enough to realize that I knew nothing, and that I had to commence my studies in the same way as a child is taught". El escultor combinó el gusto por expresar la naturaleza apasionada en composiciones de gran intensidad, junto con otras formas expresivas de un clasicismo sereno en temas mitológicos. Entre ellas se encuentra Amor y Psiquis, uno de sus mayores logros, cuyas primeras terracotas realizó h. 1774 en la Academia francesa en Roma. Respondía a un encargo de Luis XV destinado a Madame Dubarry, pero al fallecer el monarca el proyecto se canceló. El grupo se ejecutó en 1787 en mármol de Carrara y a gran formato, por deseo del rey sueco Gustavo III (Estocolmo, Nationalmuseum NMSk 359). Füssli incluyó este grupo entre las esculturas que se aprecian en su dibujo del atelier de Sergel en Roma (Estocolmo, Nationalmuseum NMH 1761/1875. Sergel eligió el momento de mayor dramatismo de la historia narrada por Apuleyo, cuando Cupido rechaza con una dura mirada a Psiquis que lo ha despertado, abrasándole con el aceite que cae de la lámpara, y que ella había utilizado, desobedeciéndole, para ver el rostro del amado. El artista pensaba desviar la mirada del dios, pero optó por profundizar en la expresión del rostro: “L’Amour regarde froidement Psyché et la repousse avec un dédain tranquille et tel qu’il convient à un dieu offensé”. El estudio de los modelos clásicos le sirvió para inspirarse y esculpir una composición de gran perfección técnica, profundo conocimiento de la anatomía y elegante estudio de los desnudos, con la que representa el amor divino abandonando al alma humana. La actitud agachada de Psiquis podría recordar a la Venere accovacciata, y la de Cupido se podría relacionar con el Apollo del Belvedere, aunque reinterpretadas, y cambiando en ambos casos la colocación de las cabezas y de las miradas. Tras regresar a su país, fue ampliamente reconocido y continuó con éxito sus proyectos de retratos, esculturas monumentales y funerarias. El éxito de este grupo escultórico fue tan grande, que se hicieron innumerables versiones a tamaño real o reducido, conservadas en diversos países. El grupo conservado en Madrid data, seguramente, de hacia 1795-1800 y quizá, podría tratarse del mismo ejemplar que realizó para un noble español: “Ce même groupe a été exécuté en petit pour le duc de l’Infantado». Sergel jugó un papel relevante como precursor del neoclasicismo, en su tratamiento del “bello ideal” y sus referencias a la antigüedad clásica, esculpiendo un tema que sería muy valorado y desarrollado en la siguiente generación. En particular fue para Canova una referencia, pues coincidía en el interés por los temas de la belleza y el amor, aunque el maestro véneto no tuvo la oportunidad, seguramente, de contemplar el grupo porque Sergel trasladó a Suecia todo su estudio “non lasciando in città [Roma] alcuna testimonianza plastica del suo passaggio”. Canova al tratar el mismo tema, eligió también un instante intenso, pero sin embargo optó por la unión de los amantes y la pasión que acerca los cuerpos, frente a la elección de Sergel que se decantó por el momento de la separación. Canova escribió sobre la importancia de la obra de Sergel a Leopoldo Cicognara el 29 de marzo de 1817, cuando “tentava di ricostruire per l’amico storico della scultura lo stato dell’arte prima del suo arrivo a Roma”.
Azcue Brea, Leticia, 'JohanTobias Sergel. Amore e Psiche' En:. Canova-Thorvaldsen: La nascita della scultura moderna, Milán, Edizioni Gallerie d'Italia: Skira,, 2019, p.p. 374 nº.XII.4