Bandeja de ágata con filigrana
Siglo XVII. Ágata, 1,3 x 18,2 cm.Pieza de ágata, de forma oval con ángulos redondeados, a modo de bandeja plana, con ala y fondo en el que está labrado en bajorrelieve un diseño cruciforme de brazos radiales con perla central e hileras intercaladas de cuentas. Ésta se describe en el inventario de Versalles como de plata blanca con numerosas rosetas de plata dorada aplicadas.
El trabajo de filigrana había desaparecido en 1815. Si se comparan las medidas que proporciona el inventario de 1746 (36 cm aproximadamente) con las actuales (18,5 cm), se deduce la importancia de la guarnición de filigrana, que variaba notablemente el volumen del objeto. Dicha guarnición rodeaba completamente la bandeja, con un ensanchamiento a los extremos que incluiría el hueco de las asas. Este punto, que no recogen los inventarios, es posible deducirlo examinando el interior de su estuche, forrado de seda salmón con guateado, donde se ha conservado impresa la forma original de la pieza, levemente perceptible bajo la luz rasante.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrieron en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva (Texto extractado de Arbeteta, L.: El Tesoro del Delfín. Catálogo Razonado, 2001, p. 171).