Bandeja oval de ágata con decoración cruciforme
Siglo XVII. Ágata, 1,3 x 18,2 cm. Sala 079BPieza de ágata, de forma oval con ángulos redondeados, a modo de bandeja plana, con ala y fondo en el que está labrado, en bajorrelieve, un diseño cruciforme de brazos radiales, así como una decoración a modo de perla central e hileras intercaladas como si fueran cuentas. Tuvo una importante guarnición de filigrana que desapareció en 1815, tras el saqueo del Tesoro durante la Guerra de Independencia.
La guarnición de la bandeja se describe en el inventario de Versalles de 1689 como de filigrana de plata blanca con numerosas rosetas de plata dorada. Si se comparan las medidas que proporciona el inventario de La Granja de San Ildefonso de 1746 (36 cm. aproximadamente) con las actuales (18,5 cm.), se deduce su importancia, pues variaba notablemente el volumen del objeto. Rodeaba completamente la bandeja, con un ensanchamiento a los extremos que incluiría el hueco de las asas. Este punto, que no se recoge en los inventarios, es posible deducirlo examinando el interior de su estuche, forrado de seda acolchada, donde se ha conservado impresa la forma original de la pieza, levemente perceptible bajo la luz rasante (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.