Brujerías
Hacia 1912. Óleo sobre lienzo, 150 x 175 cm.El artista ha representado una retorta de vidrio y varias botellas de farmacia para contener productos químicos, con tapón también de vidrio, todo ello sobre la mesa en el centro del cuadro. La segunda contribución científica del vidrio en orden de importancia, después de la óptica, se produjo en el campo de la química o, más propiamente, de la alquimia, a la que prestó sus primeros servicios. En las vidrierías medievales instaladas en los bosques centroeuropeos, primero, y sobre todo, más tarde y con conocimientos técnicos más avanzados, en las fábricas venecianas, se fabricaron los primeros objetos para usos químicos, farmacéuticos y clínicos. La mayor durabilidad química del vidrio, unida a su transparencia, hacía su utilización más adecuada y fiable que la de cualquier otro material para poder trabajar con diferentes sustancias (Texto extractado de Fernández Navarro, J. M.; Capel del Águila, F.: El vidrio en la pintura del Museo Nacional del Prado, 2012, p. 123).