Capillo bordado de capa pluvial
Siglo XVI. , 54 x 56 cmNo expuesto
Los primeros talleres de bordados surgieron en los monasterios en el transcurso del siglo XIV, ya que el bordado eclesiástico era el que tenía mayor preponderancia. Los monjes bordadores enseñaron a otros eclesiásticos y laicos, con lo que se creó más tarde el gremio de bordadores. Tres fueron los centros más importantes: Barcelona, Toledo y Sevilla. Como los frailes procedían de distintos países el bordado sufrió influencias muy diversas. Las diferentes técnicas fueron sucediéndose según los cambios de estilo; así, durante la primera mitad del siglo XVI, con el predominio del bordado de imaginería imperó el oro tendido u oro llano para fondos de hornacinas y retorchas, el punto a matiz de sedas de colores, y sobre todo a del oro matizado, que se perfecciono en grado insuperable. El bordado se hacía sobre lienzo, el cual se recortaba después y aplicaba sobre el tejido rico de la prenda. Es de este estilo donde enmarcamos este Capillo bordado de capa pluvial. Con bordado de imaginería, en un óvalo está representada la escena de la Anunciación sobre fondo arquitectónico y de paisaje y pavimento de losetas; está orlado por cartelas recortadas y ramajes, bordado al romano, de setillos y empedrados sobre terciopelo rojo. Alrededor, retorcha de ajedrezado y barras, con fleco corto de seda roja y oro. (Texto extractado de De Ceballos-Escalera, I.; Braña de Diego, M.: Catálogo del Legado Fernández Durán. Artes Decorativas, 1974, p. 68-71).