Hacia 1915 tuvo lugar una ceremonia protagonizada por Jesús Valverde y Gabriel Morcillo -ambos discípulos de Pla- con la que celebraban que el joven Valverde había alcanzado la preparación suficiente para pasar de dibujar a pintar. El acto se desarrolló en el estudio de la calle San Marcos y quedó plasmado en un conjunto de imágenes.

Entre los retratados en esta fotografía se reconoce a Carolina del Castillo, Pancho Cossío, Mariano Moré, Gabriel Morcillo y Jesús Valverde, laureado, con una espada y una paleta entre sus manos. La pared del fondo está decorada por la pintura Los Isidros de Segovia, una copia de la Atenea atándose la sandalia y un gran mueble repleto de cosas.

Carolina del Castillo (1867-1833) fue una pintora asturiana que inició su carrera artística en la madurez. Tras iniciar su aprendizaje en Gijón, se traslada a Madrid donde, a partir de 1914, acude al estudio de Cecilio Pla. Su cuarto hijo fue Gonzalo del Campo y del Castillo, fotógrafo aficionado y autor de esta fotografía.

La presencia femenina en las clases del pintor era bastante habitual y sabemos que, junto a la pintora asturiana -la artista más relevante entre el numeroso grupo de alumnas que asistían a sus clases-, otras jóvenes siguieron sus lecciones, entre ellas Sara Ruiz Albéniz, Polonia Chávarri (1868-1955), María Bernaldo de Quirós (1910-2015) o María Turina Garzón (1914?- 1932) -fallecida prematuramente-, además de sus hijas Pepita y Cristina.

Sánchez Torija, Beatriz, Cecilio Pla y su relación con la fotografía.. Boletín del Museo del Prado, 2019-2021, p.167-179, f.8