Copa abarquillada de heliotropo
1575 - 1600. Esmalte, Heliotropo, Oro, 11,2 x 14,2 cmSala 079B
Vaso de pie oval, vástago y copa abarquillada, con cuatro guarniciones de oro esmaltado. Tanto la tapa como la guarnición que decoraba el pie desaparecieron tras el saqueo del Tesoro en 1813 por las tropas francesas durante la Guerra de Independencia. Hoy sin la tapa, que tenía perfil en arco rebajado y un remate escultórico, solo es posible apreciar su volumen original en el hueco del estuche.
Originalmente, contaba con una tapa también de heliotropo, con guarniciones de oro esmaltado blanco y negro, rematada por una figura de mujer de medio cuerpo, realizada en ágata, con ropaje de oro esmaltado y un penacho en la cabeza, tal como describe el inventario de La Granja de San Ildefonso redactado en 1734. Asimismo, entre las guarniciones de la tapa y el pie tenía distribuidas treinta y dos amatistas de Vich de diferentes tamaños, con sus correspondientes engastes. La colocación de bustos de pequeño tamaño a modo de remate de vasos fue uso frecuente, dotándolos a veces con ropajes y cabellos ejecutados en materiales contrastantes, tal como se aprecia en algunas piezas del Tesoro o en ejemplares conservados en Florencia, en el Museo degli Argenti.
Puede verse el estado de la obra en el siglo XIX a través de la fotografía de Juan Laurent y Minier, "Coupe ovale jaspe sanguin transparent, montures d’or et émail, XVIe siècle, règne de Charles IX", hacia 1879, Museo del Prado, HF0835/23.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.