Copita de ágata con bandas oscuras
Hacia 1600. Ágata, Esmalte, Oro. Sala 079BDe boca ovalada y perfil campaniforme, el cuerpo del vaso -quizás antiguo, retallado- se sostiene con un vástago de balaustre y un pie casi plano. Ocultan las junturas tres guarniciones de oro con dentículos y banda de esmalte pintado con motivos de hojas picudas azules, verdes y amarillas sobre fondo blanco. Es un trabajo sencillo, de difícil clasificación, aunque su montura esmaltada podría corresponder al estilo de la escuela de París del primer tercio del siglo XVII, ya que se incluye en los motivos decorativos de las hojas picudas, que a menudo aparecen, en distintas versiones estéticas, en otros vasos del conjunto. Son similares las florecillas esmaltadas que decoran el armazón del pie del vaso del Louvre denominado Aguamanil con un Amor, OA 10.409, y las de la moldura exterior del pie de otro vaso conocido como Aguamanil de la Minerva, MR 445, ambos obra de Pierre Delabarre, platero parisino, recibido maestro en 1625 (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.