Decapitación de San Juan Bautista / Una variante del estudio para la misma composición
Primera mitad del siglo XVII. Aguada, Pluma, Preparado a lápiz, Tinta parda sobre papel amarillento, 350 x 240 mm. No expuestoAunque catalogado tradicionalmente como obra de Luca Cambiasso (1527-1585), este dibujo es característico del estilo exuberante y más bien caótico de su lejano seguidor Giulio Benso, prolífico dibujante que solía dar rienda suelta a su imaginación con estudios de composición de gran tamaño. De hecho, el estilo eufórico de Benso se parece mucho más a los dibujos de su maestro Giovanni Battista Paggi que a los de Cambiaso. Existe una clara diferencia de ritmo que distingue el trazo frenético de las creaciones apresuradas de Benso de los dibujos más lúdicos y cuidadosamente controlados de Cambiaso.
Se pueden citar, para su comparación, varios dibujos a pluma y aguda de Benso, como el Martirio de santa Águeda de los Uffizzi, Florencia (inv. núm. 7349); y una hoja por las dos caras de la Visitación, con variantes de la misma composición a cada lado, en el Louvre (inv. núm. 9211). Al igual que el dibujo del Prado, los de Florencia y París están también realizados di getto (de una vez) y su espacio compositivo está poblado con una densidad similar de figuras rechonchas, con grandes cabezas y curiosos ojos de fija mirada.
Benso se tomó varias libertades a la hora de realizar la Decapitación de san Juan Bautista; no sólo la ejecución puede ser tachada de excéntrica, sino que también hizo una interpretación singular del tema, aparentemente con el fin de magnificar el efecto dramático de su composición. Así, el santo con barba que está a punto de ser decapitado debe de ser san Juan Bautista, pues aparece su atributo, el cordero tumbado ante él; sin embargo, el santo aparenta mayor edad de la que es habitual en sus representaciones, no lleva la vestimenta de pieles convencional, que le distingue de los otros santos, y al arrodillarse parece estar besando un crucifijo que sujeta con ambas manos. También es atípico situar su decapitación en un exterior ante una gran multitud, ya que tradicionalmente la ejecución tiene lugar en el patio de la prisión. En esta última puesta en escena a san Juan se le representa invariablemente con las manos atadas a la espalda y la hija de Herodes, Herodías, presencia la escena.
Afortunadamente, en el estudio del reverso, se aclara el tema: la figura arrodillada es incuestionablemente san Juan Bautista, pues en a mano derecha lleva la cruz de caña y un animal, que es con toda verosimilitud un cordero, se acerca desde un lateral; además, al fondo en una mesa detrás de la puerta central, hay dos figuras sentadas que podrían ser Herodes y Herodías.
Museo Nacional del Prado, Catálogo de dibujos. Dibujos italianos del siglo XVI (por Nicholas Turner, con la colaboración de José Manuel Matilla), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, p.190-193, 218