El Niño de la espina
Finales del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 71,5 x 52 cm. Depósito en otra instituciónLa iconografía de la obra es un tema premonitorio, pintado por Zurbarán en varias ocasiones, y que narra Rodolfo Cartujano en su libro Vita Christi, escrito en latín hacia 1350 y traducido al castellano en Sevilla en 1537. En efecto, la gota de sangre que brota de su dedo por haberse pinchado con una espina de la corona ante la que se encontraba meditando, es testimonio de la futura Pasión y Muerte del Redentor. Desde un punto de vista formal, se advierte claramente la influencia murillesca (Texto extractado de Valdivieso, Enrique: Laboratorio de Arte, 2002).