Felipe III con armadura
1617. Óleo sobre lienzo, 200 x 135 cmNo expuesto
El rey Felipe III (1578-1621) sucedió en el trono a su padre Felipe II en 1598. Reino hasta el 31 de marzo de 1621. Aparenta el retratado frisar la treintena, por lo que se ha señalado como fecha de realización de la obra el año 1617, extremo confirmado documentalmente, así como la autoría, a través de un pago efectuado en ese año. Imagen oficial tipificada en la que aparece representado el monarca ataviado con coraza y portando los distintivos del mando militar, como son el bastón o bengala de general y la espada. Calzado con botas enceradas de montar, ciñe espuelas que le asocian al orden ecuestre. Bajo el cuello de lechuguilla que enmarca el rostro, luce el collar de la Orden del Toisón de Oro, de la cual el monarca hispánico es Soberano Gran Maestre, como descendiente de la Casa de Borgoña. El espacio aparece sugerido por un cortinaje, que en esta ocasión no es carmesí, como suele requerir la tradición de la retratística áulica, sino de una tonalidad verde grisácea, dominante en todo el cuadro, creando un efecto de gran armonía cromática. Flanqueando la figura del monarca, se disponen diversas piezas de la impedimenta militar sobre un suntuoso cojín y una esfera terrestre, enfatizando la imagen guerrera del soberano. Constituyen piezas de armería una muestra del interés del primer naturalismo español por reflejar mesuradamente retazos de realidad, siempre al servicio de una idea, como es, en este caso, la de mostrar la majestad de la monarquía a través de la tipología oficial de la imagen del rey. El poder de las imágenes transforma de esta manera a un rey, como fue Felipe III, de carácter místico y algo apático, en el garante de la estabilidad de la monarquía hispánica. El empleo de la proyección de un foco lumínico artificial contribuye a la recreación del espacio tridimensional y de la percepción volumétrica, así como las sugerencias de las calidades táctiles, pero siempre en la línea contenida y sobria de los retratistas de corte, con claros ecos de la herencia de Juan Pantoja de la Cruz y Bartolomé González, a cuya generación pertenece Vidal. Poco se sabe sin embargo del autor, el valenciano Pedro Antonio Vidal, salvo por la presente obra y por el mencionado recibo de la misma, que lo sitúa trabajando en el Alcázar en la segunda década del siglo XVII. También se sabe por testimonios documentales que realizó ciertos retratos para el Duque de Lerma, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, valido de Felipe III, moviéndose siempre en los más altos círculos de la corte.
Esplendores de Espanha de el Greco a Velázquez, Río de Janeiro, Arte Viva, 2000, p.57