La rada de Alicante
1881. Óleo sobre lienzo, 130 x 245 cm. No expuestoPor obvias razones de identidad geográfica, entre los pintores valencianos de fin del siglo XIX sujetos todavía al más estricto realismo, surgieron verdaderos especialistas en la pintura de marinas y vistas de puertos, variedad paisajística que tuvo su máximo exponente en Rafael Monleón y Torres. Discípulo de Haes y formado en la escuela paisajística de Bruselas, desde su juventud se dedicó de manera prácticamente exclusiva a la pintura de barcos, generalmente amarrados en puertos levantinos. Además de otras marinas ambientadas en el norte de España, como es el caso del Puerto de Laredo (P06012), de su indiscutible habilidad en este género dan buena cuenta obras como esta, La rada de Alicante, sin duda el cuadro más ambicioso de su mano que conserva el Prado, concebido como una gran vista panorámica, de gran efecto decorativo, que le valió una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1881. Su verdadera pasión por las embarcaciones vinculó su carrera artística con la Marina, llegando a ser pintor y conservador del Museo Naval de Madrid (Texto extractado de Díez García, J.L.: "La pintura valenciana del siglo XIX en el Museo del Prado", Maestros de la pintura valenciana del siglo XIX en el Museo del Prado. Museo Nacional del Prado, 1997, pp. 74-75).