María Manuela de Portugal
Siglo XVI. Óleo sobre lienzo, 193 x 102 cm. Depósito en otra instituciónRetrato de María Manuela de Portugal basado en un retrato realizado en 1542 por Antoine Trouvéon, actualmente perdido. Recoge la estancia en Lisboa de la misión diplomática francesa, en 1542, de la que formaba parte el pintor Antoine Trouvéon, a quien le encargan los retratos de la familia real. María Manuela de Portugal, hija de Juan III de Portugal y de Catalina de Austria, casó con el rey español, Felipe II. La princesa, lujosamente vestida, adorna su cabeza con una corona de flores, ricas joyas con el águila representada en el cinturón, y sostiene entre sus manos un abanico, de tipo japonés empleado en el teatro, símbolo de estatus. En 1542 llega a la corte de Lisboa la primera delegación que desde Oriente visitaba Europa. Se trata de la delegación de Ceilán con sus correspondientes regalos para los reyes portugueses. El aprecio de estos objetos por su rareza, valor económico y artístico, se refleja en la inclusión de algunos de ellos en la dote que María Manuela de Portugal aporta a su matrimonio con Felipe II, -entre otros objetos de Ceilán, una caja de marfil y zafiros que adquiere Dña. Mencía de Mendoza al fallecimiento de la reina y años más tarde se subasta en Venecia-, pero lo más interesante, es la adopción por la corte portuguesa del uso del abanico como elemento de etiqueta y coquetería. María Manuela, que solía cubrir su cara con un abanico, introduce en Madrid esta costumbre (Texto extractado de Jordan Gschwend, A. y Beltz, J.: Elfenbeine aus Ceylon: Luxusgüter für Katharina von Habsburg (1507-1578), 2010, p. 105).