Pietro Manna, médico de Cremona
1557. Óleo sobre lienzo, 96 x 76 cm. No expuestoEste retrato firmado por Lucia Anguissola está reconocido como la obra más importante de la escasa producción artística de la hermana de Sofonisba. En sintonía con obras de esta y de la pintura lombarda del momento, presenta en un plano muy cercano a este caballero calvo y barbado que, sentado en una silla de brazos, se vuelve ligeramente hacia al espectador para fijar su mirada de intensa curiosidad. Se cubre con un ropón de mangas arrocadas guarnecido de piel, posiblemente marta. En la mano izquierda sostiene la vara de Esculapio, símbolo, como la indumentaria, de los galenos. Detrás, dos volúmenes descansan sobre una cercana mesa, el único elemento que conforma una mínima idea de espacio.
La estrecha relación de esta composición de Lucia con el retrato de Castellano Cotta de Bernardino Campi (1553) pone en evidencia la repetición del encaje compositivo y un sentido semejante del color, así como una convención expresiva que se aprecia también en el retrato de Giovanni Battista Caselli de Sofonisba: la ceja izquierda ligeramente elevada, enfatizando la vivacidad del personaje. Comparte igualmente con Campi la cuidadosa descripción de las calidades de la indumentaria, de los cabellos e incidencias del rostro. Sin embargo, Lucia crea una atmósfera envolvente que tamiza la iluminación más homogénea de Campi. Por lo demás, a pesar de algunas torpezas en la perspectiva de los brazos, sorprende la cuidada elaboración de los detalles; algunos especialmente elocuentes, como la serpiente -viva, real, amenazante- que rodea el báculo. La morosa representación de su piel escamosa y de los rasgos de la cabeza enfatizan la intensidad psicológica que proyecta la expresión del médico, al que podemos imaginar como un perspicaz y agudo observador, de ojos tan penetrantes como los del reptil que le simboliza.
Vasari identificó a este médico como Pietro Maria, una figura que se llegó a relacionar con Bianca Ponzoni, la madre de las Anguissola, lo que ayudaba a explicar su "cercanía doméstica" y la propia existencia del retrato. Sin embargo, su verdadera identidad fue rectificada en 1994 por Rossana Sacchi, quien descartó la existencia a mediados del siglo del referido Pietro Maria, pero sí pudo documentar la del médico Pietro Manna, miembro de una notable familia de la ciudad, quizá con lazos familiares con los Ponzoni, y fallecido el 17 de agosto de 1560. Señaló además el parecido de este retrato con el de Manna de la medalla anónima acuñada en 1550. Es posible que Vasari, o tal vez el editor de la segunda edición de Le Vite, cometiera algún error al trascribir el nombre del médico (Maria por Manna), lo que daría lugar a una larga confusión.
Nada se sabe sobre la fecha y circunstancias por las que el retrato fue enviado a España. Es probable que Amilcare Anguissola lo remitiera a Felipe II para seguir contando con el favor real. En 1686 se citaba en el Real Alcázar y después del incendio de este pasó al Palacio del Buen Retiro, donde se puso en relación con la escuela veneciana y ya más tardíamente con Lucia (1794: "Lucia Anguisola Veneciana)". En 1857 se inventaría en el Prado (Lucia "Anguisola o Angociola)".
Ruiz Gómez, Leticia, 'Lucia Anguissola. Pietro Manna, médico de Cremona' En:. Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2019, p.124-125 n.17