Retrato femenino
1857. . No expuestoLa retratada viste chambra de rayas negras y estampadas, y falda de rayas grises y rosas con volantes; en la mano sujeta un abanico. A mediados del siglo XIX se produjo una fusión entre el retrato fotográfico y el retrato miniatura. Los fotógrafos se anunciaban como miniaturistas y los miniaturistas pasaron a miniar fotografías. Algunos pintores dejaron los pinceles por el nuevo arte, como Enrique Lorichón o Mariano Rodríguez. De esta manera, aparecieron una serie de retratos fotográficos coloreados y realizados por profesionales de la fotografía como los del alemán Widen, quien utilizó como soporte no solo el papel, sino también la tela y el marfil. El retrato conserva su estuche original de piel (Texto extractado de Espinosa, Carmen: Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Madrid, Museo del Prado, 2011).