San Francisco arrodillado en meditación
Hacia 1664. Óleo sobre lienzo, 137 x 101 cmNo expuesto
San Francisco se encuentra arrodillado, con las manos cruzadas sobre el pecho y dirigiendo su mirada hacia un crucifijo. Junto a este y sobre el saliente de una roca, aparecen un libro, y una calavera, con lo que se crea un contexto meditativo. El santo resulta identificable por su hábito pardo y por el largo cordón que ciñe su cintura y cae hasta el suelo. La escena se desarrolla en un abrigo rocoso y en la parte superior izquierda es posible ver un fragmento de celaje. En la parte inferior derecha destaca un papel a medio doblar, en el que se lee: “D. Maria(a) de la cueba / y barradas fac / año de 16[¿6?]4”. Esta inscripción permite identificar a la autora de la obra con Mariana de La Cueva Benavides y Barradas, una pintora de la que no se conocen otras piezas suyas. A través del Museo pictórico de Antonio Palomino (1715), se sabe que fue “mujer de don Francisco de Zayas, caballero del hábito de Calatrava, y hermana de otros tres caballeros del hábito”. El mismo tratadista asegura que fue “excelente pintora en Granada”. Ceán Bermúdez recogió estas noticias en 1800.
Desde el punto de vista de las colecciones del Museo del Prado, el cuadro tiene el interés de que permite incorporar un nombre de una pintora española cuyo perfil artístico nos era desconocido, pues no se conocían obras suyas. Con ello, el museo puede ir completando el rico panorama que ya ofrece de la historia de la pintura española del siglo XVII. A ese interés, se suma la atención que desde las últimas décadas se viene prestando por la historiografía a las cuestiones de género y entre ellas, a la incorporación de las mujeres a la actividad pictórica.
Portús Pérez, Javier, San Francisco en meditación. en: Memoria de actividades 2017 del Museo Nacional del Prado, Madrid, 2018, p.24