Cuando estaban con las obras, un individuo se coló y subió al edificio. Cuando llegó arriba se quedó enganchado en la solapa de piedra que tenía el Museo y cayó al suelo. Nos enteramos porque empezó a gritar: “¡Madre, madre!”. Después encontraron en su bolsillo un plano para saber cómo meterse, cómo llegar a las obras de Goya, cómo sacar los cuadros, La maja desnuda y La maja vestida, y dónde los tenía que entregar. Era casi medianoche y lo único que vio la policía fue que unos individuos pasaban deprisa y corriendo hacia otro sitio. Debe de ser que había alguien más esperándole.
Entra a trabajar en el Museo como carpintero y después de un breve periodo como vigilante de sala, se incorpora al taller de restauración realizando labores de carpintería, que era su especialidad. Su padre también trabajó en el Museo Nacional del Prado, y participó en la evacuación de las obras durante la Guerra Civil española.
Entrevista realizada el 11 de febrero de 2015