Era una especie de mito. Pero cuando te metes en los archivos del Museo, ves que ese mito tenía quizá más pasión por el Prado que el resto de directores que le siguieron. Hizo siempre cosas increíbles e inenarrables en beneficio del Prado, como oponerse a Alberti la noche en que sacaron los cuadros del Museo del Prado durante la Guerra Civil, con grave peligro para las obras. Le conocí de refilón, pero le he conocido a través de los documentos, y me parece una persona fundamental para el Museo del Prado. Sánchez Cantón pensaba que era un peligro que salieran los cuadros del Museo, los cuales ya se habían colocado en la planta baja muy bien protegidos. Sacar todas las obras maestras del Museo del Prado era algo grave, y una persona como él tenía derecho a pensar que aquello podía ser peligroso. Y finalmente lo fue, porque uno de los camiones se empotró contra un balcón y dañó El 2 y El 3 de mayo de Goya, y podía haber pasado más. También fue peligroso el regreso desde Suiza en un tren que llevaba encima la Cruz Roja, para que no bombardeasen. Pero los nazis estaban bombardeando Francia, y una de las personas que iba en ese tren era un joven de la familia Macarrón que vio el peligro inmenso de que todo aquello hubiera volado. Hubiera desaparecido todo. Es decir, fue un peligro muy grande.
Llega al Museo del Prado con una beca de la Fundación Juan March. En 1981 obtiene la plaza de Conservador de Dibujos y Estampas del Museo del Prado. Después es nombrada Subdirectora de Conservación e Investigación (cargo que desempeña entre 1981 a 1996) y vocal del Real Patronato (de 1991 a 1996). Hasta 2018 ha sido jefe de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya.
Entrevista realizada el 28 de junio de 2018