A Wellington, duque de Ciudad Rodrigo, don Mariano Rodríguez de Olmedo, diputado por Charcas
1813. Plata. No expuestoEn el anverso la cabeza del Duque de Wellington, a la izquierda. Al reverso la Victoria, con palma y láurea, camina a la izquierda sobre unos estandartes. En la lejanía, un grupo de edificios y una colina humeante.
Arthur Colley Wellesley (1769-1852), duqeu de Wellington, recibió el mando del cuerpo inglés que vino a España, solicitado por las juntas revolucionarias, nada más ser nombrado teniente general. Por sus victorias frente a los franceses la Junta Central le nombró generalísimo del ejército español, le concedió el título de marqués y una altísima compensación económica.
El Archivo de Indias conserva el discurso pronunciado por el diputado de Charcas, en sesión de las Cortes del 20 de enero de 1814, en el que explica su propuesta para acuñar una medalla que «eternizara la memoria del héroe militar».
En 1817 el diputado Rodriguez de Olmedo fue designado obispo de Puerto Rico, y en 1825 arzobispo de Cuba y primado de las Indias.
Un escrito conservado en la biblioteca de la Academia de San Fernando reseñado por A. Vives, informa de que para llevar a cabo el retrato de la medalla «grande» dedicada a Wellington en 1813, el gobierno dispuso que el artista pasase a Portugal, donde estaba el propio Wellington, para que «le sacase el modelo en presencia del natural, honrando el general a Sagau con repetidas distinciones».
(Texto extractado de: Cano Cuesta, M., Catálogo de Medallas Españolas, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2005, p. 241).