Andrómeda
Tercer cuarto del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 78 x 64 cmNo expuesto
Andrómeda ocupa el lado izquierdo de la composición, encadenada a un peñasco, mientras que la parte derecha del lienzo queda abierta hacia el paisaje marino, del que surge el monstruo que amenaza a la heroína mitológica. El episodio representado procede de Ovidio (Metamorfosis, IV:) "Andrómeda, para expiar un crimen de su madre, había de perecer por una injusta sentencia de Júpiter Ammon. Perseo, viendo a la joven princesa atada a una roca y expuesta a la voracidad de un monstruo marino, quedó enamorado de su belleza y de la bondad que brillaba en sus ojos." Tras hablar con la joven y saber sus desdichas, Perseo matará al monstruo, liberará a la doncella y se desposará con ella. El asunto fue muy frecuentemente representado, tanto en el mundo renacentista como en el Barroco, aunque lo más usual es mostrar el momento de la lucha con el monstruo o el de la liberación de Andrómeda.
El lienzo presente está directísimamente inspirado en la estampa de Agostino Carracci (Diana de Grazia Bohlin, Prints and Related Drawings by the Carracci family, Washington, 1979, p. 294, n. 179), aunque recubriendo la figura, desnuda en el grabado, con una púdica vestimenta.
Los catálogos del Museo del Prado la recogieron siempre como obra de Luca Giordano imitación de la escuela veneciana e incluso Andreina Griseri lo reprodujo como tal, considerándolo como un homenaje a Tiziano, nervioso y esbozado como un Schiavone y advirtiendo el carácter decididamente seicentesco del paisaje, de tan rico y personal colorido. Ferrari-Scavizzi ya advirtieron lo erróneo de la atribución a Giordano y lo excluyeron de su catálogo, aunque sin proponer atribución alguna. R. Buendía señaló la atribución correcta e indiscutible.
El tono fuertemente veneciano de su técnica y su colorido, confirman la decidida inclinación hacia los grandes maestros de Venecia que ya señalaba Palomino. El uso de estampas ajenas es también frecuente en su obra, aunque hasta ahora se había señalado solamente el aprovechamiento de composiciones flamencas rubenianas.
Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo, Madrid, Ministerio de Cultura: Banco Herrero, 1986, p.309