Salvilla de cristal con decoración de gallones
Hacia 1600. Cristal de roca / cuarzo hialino, Plata dorada, 2,5 x 24 cm. Sala 079BSalvilla oval, compuesta por siete piezas de cristal de roca unidas por guarniciones y molduras de plata calada. La pieza central es ovalada, está grabada con llamativos gallones radiales y franja de festones con dos ramos vegetales e hileras de granos a los extremos. Se asienta sobre pie oval, moldurado, de plata dorada. El ala de la salvilla se compone por una doble moldura unida por seis elementos en forma de doble T con lazo central calado y tornillos en forma de flor, que sujetan las placas grabadas cada una con un óvalo central y roleos que surgen de la base. En los extremos, unos ramitos ocupan el campo del óvalo. La decoración contiene pervivencias decorativas de gusto manierista, como los óvalos o espejos El cristal de roca es de mediana calidad, y presenta fracturas antiguas.
Los distintos inventarios históricos del Tesoro de 1734, 1746 y 1776 describen esta salvilla formando conjunto con otras dos también de cristal de roca, las O104 y O105 del Tesoro, que se guardaban todas en un mismo estuche. Su estado original puede apreciarse en la fotografía de Juan Laurent y Minier, “Vase, cristal de roche taillé et gravé, montures d’or et émail, XVIe siècle, règne de Henri III” colocado bajo el vaso O96, hacia 1879 (Museo del Prado, HF0835/40) (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
Es una de las piezas pertenecientes al Tesoro del Delfín, el conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre. La adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1776 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.