Cabeza de guerrero
1610 - 1615. Sanguina sobre papel verjurado, 202 x 265 mmNo expuesto
Esta Cabeza fue publicada por primera vez por Pérez Sánchez en el catálogo de dibujos del Prado de 1972, donde propuso que fuera un estudio hecho para una figura secundaria no especificada de una de las escenas de martirio pintadas por Ribera. Más tarde Muller afirmó su relación con uno de los dos soldados con casco (en realidad son tres) del dibujo de Sansón y Dalila de Córdoba, que se considera preparatorio para una pintura perdida que estuvo en la Colección Real española; es verdad que la Cabeza del Prado se parece bastante en el tipo al guerrero barbado que desenvaina la espada a la derecha de esa escena. Los cascos de uno y otro son casi idénticos. Aunque ninguno de los soldados del dibujo de Córdoba aparece de estricto perfil, es posible que el artista introdujera una cabeza así en la pintura acabada. Brown y Mena aceptaron la conexión directa entre la hoja del Prado y el dibujo de Córdoba, y en consecuencia esta hoja se ha fechado en la década de 1620 (Muller; Brown) o comienzos de la de 1630 (Mena). En realidad la Cabeza del Prado es muy similar a la de una figura de una obra muy anterior, el soldado viejo visto de perfil en el centro de la Negación de san Pedro del palacio Corsini de Roma, obra pintada por Ribera en la primera mitad de la década de 1610. En la pintura no lleva casco, pero los dos perfiles son prácticamente iguales, como puede verse si se comparan la nariz larga y afilada, la frente fruncida, el espeso bigote y la mirada decidida de los dos hombres. En conjunto parece probable que la hoja se ejecutara en relación con esa obra, lo que la convertiría en el más antiguo de los dibujos conservados del artista. Estilísticamente no hay razones que impidan fecharla en la década de 1610 en vez de en la de 1620. Ribera se ha centrado en las facciones de la cara, dejando sólo ligeramente indicadas la nuca y la parta baja de la barba. Demuestra una gran pericia técnica, variando la presión aplicada a la sanguina mientras dibuja, apretando con fuerza para definir el orificio nasal o el perfil de la frente y relajando la mano para trazar el sombreado suave bajo el ojo. El dibujo, casi con seguridad hecho del natural -la forma que se ve a la derecha del barbuquejo probablemente no es la oreja sino un forro protector de paño que pertenece al casco-, tiene un carácter netamente académico y recuerda los estudios a sanguina del Cavaliere d’Arpino y de Guido Reni, dos artistas a quienes Ribera probablemente frecuentó tras su llegada a Roma en 1606. Existen otros estudios de cabezas a sanguina similares de Ribera, por ejemplo la Cabeza de hombre con barba de una colección particular, la Cabeza de hombre con barba de perfil de Windsor y los muy trabajados Estudios de cabezas masculinas de perfil de Princeton. Se han señalado paralelos con las posteriores cabezas de soldados a sanguina de Aniello Falcone, un artista que evidentemente estudió con mucha atención los dibujos de Ribera, por ejemplo las de los Uffizi (Texto extractado de Cenalmor, E.; Finaldi, G., y Payne, E.: José de Ribera. Dibujos. Catálogo razonado, Museo Nacional del Prado, 2016, pp. 54-55).