Camino de las cercanías de Villerville (Normandía)
Hacia 1877. Óleo sobre lienzo sobre tabla, 26,2 x 39 cmNo expuesto
Desde la derecha y en diagonal, se abre un camino montañoso bordeado por un talud salpicado de encinas y álamos. La senda se cierra entre los matorrales y los arbustos crecidos a la vera del camino en la que se observan restos de una empalizada que bien pudiera ser o haber sido un indicador de ruta. Sobre la claridad de un cielo cubierto de nubes, emergen las siluetas de los árboles lejanos filtrando a través de su ramaje la luz difusa que envuelve el fondo. Suponemos que los estudios captados en la zona montañosa de Villerville se adscriben a uno de los primeros viajes que realizó Haes a Normandía. El tema de los caminos rurales practicados en las laderas de la montaña, así como la singularización de ciertos elementos íntimamente ligados a la esencia propia del campo, como por ejemplo indefinidos arbustos o determinados árboles, adquirieron un destacado protagonismo en este momento, configurando unas composiciones fuertemente marcadas por diagonales en las que emplea una gama cromática contrastada entre la luminosidad de los verdes y pardos y la paleta fría apropiada a unos habituales cielos cubiertos de nubes.
Haes fue el impulsor de la transformación del género paisajístico, introduciendo una visión completamente novedosa de interpretar la Naturaleza con un realismo sensible a cualquier elemento. Logró reunir en su estudio madrileño gran cantidad de pequeños apuntes tomados a lo largo de sus viajes por la geografía europea. En todos sus paisajes Haes capta con gran exactitud el aspecto físico de cada uno de los elementos representados. En algunos de ellos las pinceladas briosas y empastadas pretenden reproducir el carácter agreste de la piedra, mientras que para las nieblas utiliza pintura más diluida. Haes construye, así, los paisajes con la propia materia pictórica: los ambientes fríos y húmedos son captados mediante capas de pintura muy sutiles que envuelven y ocultan las montañas. Esta técnica de pinceladas sutiles y transparentes es también utilizada con otra tonalidad más oscura para marcar la polución de las ciudades (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-1898, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2002, p. 260).